Estas trufas de queso crema y roquefort son ideales para una picada entre amigos o una comida familiar. Incluso para un día cualquiera en el que queramos preparar algo diferente o especial. Además, si estás en busca de aperitivos fáciles para Navidad, este nunca falla. Es rápido de hacer y muy sabroso.
Para darles un toque personal a estas trufas, yo he rebozado una mitad con semillas de chía y la otra con semillas de sésamo. Pero puedes pasarlas por cualquier otro ingrediente que te guste más. Podrían ser almendras laminadas, nueces picadas o incluso semillas de girasol. Asimismo, para la base utilicé ricota, pero también podrías realizarlas con algún queso de cabra para darle un sabor más fuerte.
Al igual que les comenté cuando preparamos las trufas veganas de avena y chocolate, es conveniente que una vez que terminemos de armas las trufas las llevemos al menos unos minutos a la heladera para que queden un poco más firmes.
Al momento de llevar las trufas a la mesa podemos utilizar una fuente o podemos comprar unos pirotines de papel para colocar a cada trufa y darle otro toque a la presentación final.
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Detalles de la Receta
24-25 trufas
15 minutos
0 minutos
Muy fácil
Ingredientes para las Trufas de Queso crema y roquefort
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Ingredientes
300g de ricota
3 o 4 cdas. de queso crema natural (de buena consistencia)
2 cdas. de queso roquefort
Pizca de pimienta
Semillas de sésamo (cantidad necesaria)
Semillas de chía (cantidad necesaria)
Cómo preparar Trufas de Queso crema y Roquefort
Instrucciones
- Rallar o pisar la ricota con un tenedor.
- Incorporar de a poco el queso crema que puede variar la cantidad de acuerdo a la consistencia que tenga.
- Agregar la pimienta, el queso roquefort y mezclar bien.
- Llevar a heladera por unos 15-20 minutos.
Armado de las Trufas
Instrucciones
- Colocar las semillas de sésamo en una taza o pequeño bol y las semillas de chía en otro.
- Retirar la mezcla de la heladera. Tomarla por cucharadas tamaño postre y con las manos humedecidas en agua, dar forma redonda de unos 3 cm de diámetro.
- Vamos a pasar la mitad de ellas por las semillas de sésamo y la otra mitad por las semillas de chía, para eso una vez formada la trufa colocar en la taza y girar para que se adhieran las semillas.
- Se colocan en la fuente que se vayan a presentar y se llevan nuevamente a heladera hasta el momento de servir.
- Se pueden colocar en pirotines de papel para darles otra presentación en la mesa.
¿Sabías qué?
Las semillas de chía provienen de la planta del desierto llamada Salvia Hispánica. La pequeña semilla negra de la de Salvia Hispánica es generalmente vendida bajo el nombre de “chía”. Su nombre se deriva de una palabra de origen maya que significa “fuerza”. Desde tiempos muy remotos, la chía ha sido utilizada por las civilizaciones Maya y Azteca. Quienes además de ingerirlas como fuente de energía y resistencia, las utilizaban para preparar medicinas y pinturas corporales, al igual que como ofrendas para sus dioses.
Estas semillas han ganado mucha popularidad en los últimos años debido a que son una excelente fuente de ácidos grasos omega-3, de hecho, posee más que el salmón. También son una gran fuente de fibra con unos 34g por cada 100g y de proteínas.
La inclusión de las semillas de chía en una dieta saludable podrían ayudar a mejorar ciertos factores de riesgo cardiovascular como disminuir el colesterol, los triglicéridos y la presión sanguínea según investigaciones recientes.
