Todos hemos probado en alguna ocasión la mostaza, ya sea para colocarle a algún hot dog/perro caliente/pancho, unas hamburguesas de pollo o para preparar un pollo a la mostaza. En mi caso, es de mis salsas favoritas junto con la salsa kétchup casera. Sin embargo, siempre terminaba comprando salsas de pésima calidad nutricional que son las que abundan en los supermercados. Estas suelen estar llenas de conservantes, estabilizantes y colorantes. Con excepción de algunas marcas que están bien en cuanto a ingredientes, pero su precio se dispara en exceso. Por ese motivo, me propuse preparar mi propia mostaza en casa, y pude ver no sólo lo sencilla y económica que resulta, sino también lo rica que queda. No volverás a comprar la mostaza comercial una vez que hayas probado esta.
Para preparar esta mostaza casera vamos a necesitar muy pocos ingredientes y la mayoría de ellos suele estar en nuestra alacena. Además del ingrediente estrella que son las semillas de mostaza, necesitaremos vinagre, agua, sal, miel natural o melaza de caña y cúrcuma, que le proporcionará no solo sabor sino también su característico color amarillo. Las semillas de mostaza se pueden conseguir en cualquier tienda donde se vendan productos naturales a granel.
Las mismas pueden ser negras, marrones o amarillas. En este caso utilizaremos de las amarillas que suelen ser las más fáciles de conseguir y menos picantes que las negras. No te preocupes si te sobran, pues tienen varios usos en la cocina, entre ellos se pueden utilizar en conservas o escabeches. Yo suelo agregárselas a las cebollas encurtidas en vinagre y los pepinos agridulces en conserva. De manera opcional, podemos agregar algunos condimentos para darle nuestro toque personal: como pueden ser unas hojas de laurel o cebolla y ajo en polvo.
Y es que existen todo tipo de mostazas, más picantes, más dulces con un sabor más o menos intenso. Esto ya dependerá de tu gusto y el de tus comensales. Por defecto, el sabor picante característico de esta mostaza casera es más intenso que las que suelen vender en los comercios, aunque a medida que pasen los días se irá suavizando. De cualquier manera, para quienes les resulte muy fuerte, pueden realizar una cocción de las semillas de mostaza previamente para quitar ese amargor. Personalmente, tras probar ambas versiones me quedo con la mostaza sin cocción ya que es la única que mantiene ese sabor intenso y dejo picante tan tradicional de esta salsa.
Esta mostaza va a realzar el sabor de todos tus platillos, queda espectacular para acompañar la carne de cerdo, el pescado, el pavo o un pollo a la mostaza como mencioné antes. Para bocadillos en una picada como los tradicionales huevos rellenos. Incluso utilizándola como ingrediente para preparar un aliño para ensaladas con miel y salsa de soja. Asimismo, como en una salsa golf con mayonesa casera y el kétchup.
Una vez preparada, la guardaremos en un frasco de vidrio esterilizado y la llevaremos a la heladera. Si quieres ver cómo esterilizar frascos de vidrio para conservas, haz clic en el enlace. Se puede conservar fácilmente durante dos o tres meses, aunque seguro que te la terminarás antes.
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Consejos para realizar una buena mostaza casera
CONSEJOS
- Una vez preparada es importante dejarla en reposo en la heladera durante aproximadamente unos 10-15 días antes de consumirla. La mostaza recién preparada tiende a ser muy amarga e intensa. Si la dejas reposar unos días ese amargor intenso de los granos de mostaza irá desapareciendo y quedará en el punto justo.
- Si quieres consumirla inmediatamente y que quede una mostaza suave, que no tenga ese toque picante característico puedes realizar una cocción de las semillas de mostaza. Para eso, colocar las semillas de mostaza en una olla y poner agua hasta cubrirlas. Llevar a fuego medio hasta que rompa el hervor y ahí contar aproximadamente un minuto. Luego de eso, retirar, colar las semillas y repetir el procedimiento dos o tres veces más. Cuantas más veces hagamos esto más suave quedará la mostaza. Personalmente no recomiendo esta opción ya que creo que se pierde la esencia de esta salsa. La opción de dejar en reposo me parece la mejor solución aunque requiera de paciencia. Sin embargo es útil tenerlo en cuenta, ya que si necesitas prepararla de forma rápida, te puede sacar de algún apuro.
- Es importante agregar algún tipo de azúcar a la preparación ya que junto al vinagre y la sal actuarán como conservantes para que la mostaza dure más tiempo. Si no quieres utilizar azúcar blanca refinada como tal puedes probar con miel natural, melaza de caña, sirope de agave o panela rallada que quedarán muy bien en esta salsa. Además, los dulces ayudarán a contrarrestar un poco el picante de la mostaza. Recuerda usar poca cantidad ya que no queremos que predomine por sobre la mostaza.
- No tires el sobrante del líquido en el que dejas los granos de mostaza en reposo, ya que, si la mostaza te queda muy espesa al triturarla con el mixer, podrás utilizar ese mismo líquido para dejar la consistencia a tu gusto.
- No te pases con la cantidad de cúrcuma, puedes ir experimentando con las cantidades hasta que encuentres el punto justo para ti. La cúrcuma tiene un sabor bastante invasivo y la idea es que aporte color y algo de sabor pero no que predomine por sobre la mostaza.
Ingredientes
Ingredientes
1 taza de semillas de mostaza amarilla (aproximadamente unos 70-80g)
½ taza de vinagre de vino (aproximadamente unos 50g)
½ taza de agua
2 cdas. de miel pura o melaza de caña
1 cda. de cúrcuma en polvo
1 cdta. de sal
2 cdtas. de ajo en polvo
1 cdta. de cebolla en polvo
2-3 hojas de laurel (opcional)
Preparación de la mostaza casera
Instrucciones
- Colocar las semillas en un recipiente de vidrio.
- Agregar la media taza de vinagre de vino, la cucharadita de sal, la miel o la melaza de caña y mezclar bien de forma que se disuelva en el vinagre y queden todos los ingredientes integrados. Opcionalmente puedes agregar un par de hojas de laurel troceadas.
- Tapar el recipiente con un papel film de manera que quede herméticamente cerrado. Llevar a la heladera y dejar reposar 2 o 3 días. De esta manera, se van a macerar las semillas de mostaza y se intensificarán los sabores.
- Tras ese tiempo, colar el líquido en el que se maceraron las semillas con ayuda de un colador y reservar. Pasar las semillas de mostaza a un recipiente. Agregar el ajo en polvo, la cebolla en polvo y la cúrcuma. Incorporar una parte del líquido que teníamos reservado.
- Triturar con un mixer o licuadora de mano hasta obtener una salsa homogénea. Si queda muy espesa, seguir agregando el líquido poco a poco hasta obtener la consistencia deseada.
- Verter la mostaza en un frasco de vidrio previamente esterilizado y conservar en la heladera. Una vez en la heladera, dejar reposar entre 10 y 15 días para que el amargor intenso de la mostaza vaya bajando y esté en el punto justo para consumir.