Si quieres saber cómo preparar leche condensada casera, fácil, rápido y sin complicaciones, sigue leyendo que debajo te explico todo paso a paso. La leche condensada, para quiénes no la conozcan, es una preparación de consistencia espesa como una crema. Está hecha a base de leche de vaca (aunque hay quienes les gusta utilizar leche de coco), endulzada con azúcar y se le agrega harina para darle consistencia.
Es una preparación muy versátil y deliciosa por lo que suele utilizarse como ingrediente en la elaboración de una gran variedad de postres como rellenos de tortas, bizcochos, rosquillas y galletas. También en mousses, flanes o hasta en postres clásicos y tradicionales como el arroz con leche o la torta tres leches. Otra opción sería batir crema doble a medio punto y agregar leche condensada. Luego batir un poco más para integrar y armar unas lindas copas con frutas con unos hilos de chocolate por arriba para servir como postres rápidos. Es que sabiendo hacer esta leche condensada luego podrás dejar llevar tu imaginación para crear postres únicos y sorprendentes para disfrutar con tus amigos y la familia.
El problema es que cuando necesitamos hacer algún postre rápido nunca la tenemos a mano y estamos muy cortos de tiempo para ir a comprarla. Pues, con esta receta no vas a tener más problemas, porque se hace en menos tiempo de lo que tardarías en ir hasta el supermercado. Además, es muy accesible y solo necesitarás cuatro o cinco ingredientes de lo más básicos ¿Qué más puedes pedir? ¡A ponerse manos a la obra!
Con las cantidades presentadas en esta receta, rinde aproximadamente el contenido de una lata de leche condensada comercial. Para conservarla, se puede dejar tapada en la heladera con un papel film o en un recipiente hermético por hasta un mes.
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Detalles de la Receta
1 lata
5 minutos
18 minutos
Fácil
Ingredientes
Ingredientes
½ litro de leche entera
100 g de azúcar
1 cdta. de harina
1 cda. al ras de manteca
una pizca de bicarbonato de sodio
Cómo preparar leche condensada casera
Instrucciones
- En una olla antiadherente o de teflón colocar la leche, el bicarbonato de sodio y el azúcar.
- Llevar la olla destapada a hervir durante unos 8 a 10 minutos, cuidando siempre que no se nos derrame.
- En un bol aparte agregar la harina y disolverla en un mínimo de leche para que no se formen grumos cuando la agreguemos en la olla.
- Retirar la olla del fuego, agregar la mezcla de harina disuelta en la leche y la cucharada de manteca. Revolver para integrar bien.
- Llevar nuevamente la olla al fuego durante otros 10 minutos revolviendo continuamente para que no se nos pegue al fondo.
- Una vez que se vea que esté espesa, retirar del fuego y dejar enfriar. Con esto ya está lista para ser utilizada.
¿Sabías qué…?
El origen de la leche condensada se remonta al siglo XIX y surgió debido a una necesidad por lograr una mejor conservación de la leche. Durante esa época las intoxicaciones debido al consumo de leche eran muy comunes. Lo que llevó a que se realizaran varias investigaciones al respecto para poder almacenarla durante más tiempo. Los primeros avances se consiguieron en 1822 cuando el confitero francés Nicolás Appert evaporó el agua de la leche al baño maría.
A partir de ese experimento en 1835, el inglés William Newton dio otro paso en la conservación de la leche al calentarla a menor temperatura que la requerida por la esterilización, agregarle azúcar (que actuaba como conservante) y comprobar que de esa forma aumentaba la vida del producto. Sin embargo, solo 20 años más tarde fue posible comenzar a adquirirla en los mercados tras ser patentada por el americano Gail Borden. La leche condensada comenzó a popularizarse tras la Guerra Civil americana, ya que resultó una gran opción para la alimentación de los soldados.