Las mermeladas industriales son un alimento con un altísimo contenido en azúcar refinado y varios aditivos. Por motivos de salud o para cuidar un poco la alimentación, mucha gente trata de evitarla y termina eliminando este alimento de su dieta. Sin embargo, existen varias formas de evitar su uso y al mismo tiempo disfrutar de esos alimentos que tanto nos gustan. Ya sea sustituyéndolo por algún edulcorante o por algún ingrediente natural que endulce lo suficiente. Pensando en eso, te traigo esta mermelada de naranja sin azúcar con pedacitos de cáscara que está imperdible.
Una versión casera mucho más saludable que la que encontrarás en el supermercado y que te permite, no solo tener la tranquilidad de conocer los ingredientes con los que está hecha sino también adaptarla a tu gusto en cuanto a consistencia y dulzor. Si te gusta un poco más dulce, puedes agregarle un poco de stevia líquida casera.
En este blog ya vimos algunas mermeladas que están riquísimas para incluir en tus desayunos y sin necesidad de azúcares añadidos como la mermelada de frutilla, una de mis favoritas y la mermelada de durazno. La mermelada de naranja tiene un sabor intenso con una mezcla interesante entre el dulzor de la pulpa y el leve amargor de las cascaritas que hará que los frascos que prepares desaparezcan en pocos días. A diferencia de esas dos recetas no utilizaremos manzanas ni pectina natural, debido a que la naranja tiene un alto contenido de la misma, en especial los pedacitos de cáscara.
A mí me gusta consumirla con unas tostadas de pan de avena y un poco de yogur griego casero en el desayuno, pero esta mermelada se presta para una gran variedad de usos. Desde para rellenar unos crepes de harina de garbanzo o panqueques hasta para utilizar en una picada con quesos y frutos secos. También queda exquisita para glasear carnes y pescados. Otro uso muy popular es como relleno de un bizcochuelo casero. Como ves, tienes un montón de posibilidades diferentes.
Esta mermelada te puede durar un par de semanas en la alacena, una vez abierta debes guardarla en la heladera. Sin embargo, recuerda que como no tiene azúcar, el cual actúa como conservante, no durará tanto tiempo antes de echarse a perder. Por ese motivo, te recomiendo hacer poca cantidad y colocarla en frascos pequeños. Coméntame debajo cómo te quedó y cómo sueles consumirla.
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Detalles de la Receta
10 minutos
55 minutos
Muy fácil
1 frasco 600mL
Ingredientes
Ingredientes
1 kg de naranjas peladas (unas 7 u 8 naranjas grandes)
cáscaras de naranja (cantidad necesaria)
jugo de 1 limón
1 taza de agua
Preparación de la mermelada de naranja sin azúcar con cáscaras
Instrucciones
- Lavar bien con ayuda de una esponja y pelar las naranjas al vivo. Si nos queda un poco de membrana blanca, retirar realizando un corte más preciso. Es importante retirarla para que no amargue la mermelada en exceso. Cortarlas en trozos y reservar.
- Con ayuda de un cuchillo, quitar la parte blanca de las cáscaras de naranja y cortarlas en tiras muy finitas y no demasiado largas. La cantidad dependerá de qué tanto te guste encontrar los pedacitos de cáscara en tu mermelalda.
- Agregar las naranjas y la taza de agua en una olla. Llevar a fuego fuerte hasta que alcance el punto de ebullición.
- En ese momento llevar a fuego medio-bajo e incorporar el limón y los trocitos de cáscara. Dejar cocinar por unos 45 a 50 minutos más aproximadamente hasta que no quede más agua. Revolver cada pocos minutos con una espátula de silicona para que no se nos pegue al fondo de la olla.
- Cuando falten pocos minutos, podemos ayudarnos de un pisapapas para terminar de triturar las naranjas. También puedes dejar algunos trocitos de fruta si prefieres la mermelada así.
- Para verificar si está pronta, intentar separar la mermelada con la espátula, si no se vuelve a unir sabemos que está con la consistencia correcta. De lo contrario, dejar cocinar unos minutos más.
- Retirar la mermelada del fuego y verter en frascos de vidrio previamente esterilizados de manera que sobre al menos un dedo de distancia del pico, taparlos bien y colocarlos boca abajo para que se forme el vacío. Cuando se hayan enfriado, volver a darlos vuelta para almacenar en un lugar seco y oscuro. Después de abiertos es recomendable guardarlos en la heladera.